Cata Bodegas Meridiano Perdido y Bodegas Vinifícate

El martes 14 de mayo de 2024, recibimos la visita de Bodegas Meridiano Perdido y Bodegas Vinifícate. El evento se celebró en el Hotel Center, Ronda Mijares, 86, a las 20:45 h.

Gracias a José María Broch, administrador de la distribuidora Dispasa alimentaria y a Sergio González, historiador y comunicador gastronómico, pudimos contar en la Asociación Enológica de Castellón con la presencia de dos bodegas gaditanas elaboradoras de vinos de pasto y de espumosos ancestrales con las uvas palomino y tintilla de Rota.

Tras la presentación por parte de Sergio González tomó la palabra José Gómez Lucas, quien es conocido junto a su hermano Miguel como «los hermanos Mahara» no porque rayen la locura debido al entusiasmo con el que elaboran sus vinos, que también, sino por el vino con el que se dieron a conocer.

Su filosofía consiste en intentar hacer vinos que hablen del sur, más en concreto de San Fernando (La Isla) elaborando de la forma más artesanal posible dejando de lado todo aquello que suavice el territorio gaditano de sus vinos, creen que de esta forma el producto refleja el lugar donde ha nacido

En su bodega “Vinifícate” los crían en ánforas, dejan macerar los racimos enteros… y lo mismo hacen un vino cien por cien tintilla de Rota que elaboran un espumoso de uva palomino. Reniegan de todo aquello que suavice el territorio gaditano de sus vinos, creen que de esta forma el producto refleja el lugar donde ha nacido

Explicaron cómo seleccionan las uvas palomino, buscando clones antiguos que dan menos uvas, pero saben más, quedándoles siempre un pelín marinos, “salaítos”. Es algo que no se debe tanto a los vientos como a la tierra.

Alternando los vinos de Vinifícate, iba tomando la palabra Alejandro Cobos Chacón, asesor del proyecto personal del enólogo Joaquín Gómez Beser para darnos a conocer el proyecto de vinos de pasto de la bodega “Meridiano perdido”

La uva procede de viñedos ecológicos de Trebujena (Cádiz), sobre suelos de albariza frente al Parque Nacional de Doñana. Una tipología clásica de vino de Jerez que últimamente algunos productores están recuperando como un movimiento de vuelta al viñedo.

Son blancos que no están fortificados y no pasan por soleras ni criaderas, aunque pueden estar fermentados en bota y desarrollar velo de flor. Su nombre hace referencia al Meridiano de Cádiz, que rigió toda la cartografía española desde 1731 hasta 1884, cuando Greenwich fue establecido como meridiano universal, de ahí que al meridiano español se le conozca como «Meridiano Perdido».

Los vinos catados, siguieron este orden:

“Amorro blanco espumoso ancestral” palomino de la bodega Vinifícate con 10/12 meses en rima.

Frutal, con un punto iodado y toques ligeramente amargos. Sápido y salino.

“Sobremar 2022” palomino bodega Meridiano perdido

Frutal, pera, manzana…bollería asociada al velo de flor. Ligeras notas amargosas al final que le aportan longitud. Un vino de pasto para iniciarse y comenzar a entender los vinos de crianza oxidativa.

“Mahara espumoso de aguja” vino procedente de una única parcela del pago de Miraflores con 24 meses de rima en el que se busca la expresión del suelo (punto calizo).

“Meridiano perdido 2022” Palomino con el velo de flor usado como herramienta. Fermenta en barrica de roble francés de 500 litros de uno dos hasta que se desechan a los cuatro años con posterior crianza de 7 u 8 meses.

Entrada sutil, amable con aromas de bollería que empieza a caramelizarse. La madera le aporta volumen, untuosidad y notas de crema.

“Amorro tintilla de Rota” se elabora con raspón y una maceración corta, no se busca un vino corpulento. Pasa unos nueve meses en depósito de fibra y un año en botella.

Aromas vegetales que le aportan frescura, con una baja acidez y elaborado sin nada externo al territorio.

“Portulano 2021” Palomino aún sin etiqueta que se nos presentó en primicia con una crianza de un año en barrica nueva de roble francés y dos años de reposo sobre velo flor.

Sutiles notas terciarias, velo flor, bollería, mineral, notas de queroseno, naftalina y ajonjolí.

Un vino fresco con su punto de acidez y nervio. Con volumen, untuosidad y potencial para llegar a su plenitud en un par de años.

“Amorro rosado ancestral” Tintilla de Rota procedente de un viñedo joven con notas vegetales y ligeramente dulzón al haberle quedado algo de azúcar residual. La idea es hacerlo seco. Frutillos rojos y yogurt.

En el posterior pica-pica se sirvió un clarete “cohete” que elaboran para consumo propio con palomino y tintilla de Rota. Fresco y desenfadado.. Como todos los vinos catados de Vinifícate se pretende elaborar vinos de baja graduación, fáciles de beber y de trago largo.

Coordinador de cata.- Paco González Yuste

Texto.- Paco Prades

Fotografías.- Avel•lí Gómez, Beatriz Comisqueros, María José Alcácer

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